Se acabó el «amor» entre administraciones de Castro y Santana
- Los protocolos y educación no están peleados con la política
- Diferencias por la entrega – recepción
Por José Rubén Gómez Bernal
Muy pronto se les acabó el amor a Héctor Santana y a Lía Castro, alcalde entrante y alcaldesa saliente del municipio de Bahía de Banderas. Todos los buenos modales que exhibieron entre ellos antes del enroque de sus gobiernos, desaparecieron como por arte de magia.
Según narran las crónicas nayaritas, se les olvidaron las buenas costumbres y tras entregar el bastón de mando Lía a Santana, y volver al suelo terrenal, a la ahora ex alcaldesa se le vio desubicada, cuando no hubo la más mínima cortesía para ella y dejarla más parada que el asta bandera de la “Presidencia de cartón” badebadense.
Si bien es cierto que puede haber diferencias entre ellos por la entrega recepción, al menos se debieron observar los protocolos y designar los lugares para los “que se van”. Y obliga más la cortesía cuando se trata de una dama a la que apenas unas horas antes todos le ofrecían su asiento. En su ayuda entró Juan Enrique Suáre del Real, Secretario de Turismo del gobierno de Nayarit y Presidente de la Unión de Secretarios de Turismo de México AC, mostrando civilidad, le cedió su lugar frente al estrado.
Se podría decir que “hay tiro”, entre Héctor y Lía, pero lo que sucedió pudieron ser omisiones de los encargados de la organización del evento, en los que siempre hay protocolos que cumplir, porque eso de que los que regidores que salen, anden a salto de mata buscado un lugar para sentarse es poco edificante. Así que “esperen programas” como dijera el mítico político vallartense José Rodriguez Cruz, “El Che”.